Investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile estiman que la lluvia caída en el mes pasado, provocó que se dañara más de un 40% de las cerezas tempraneras. Sin embargo, hubo agricultores que lograron proteger su producción utilizando cobertores frutales, alternativa que recientemente se está utilizando en mayor escala en nuestro país.
El uso de variedades para cosechas más tempraneras, las lluvias y heladas inesperadas, han hecho necesaria la adaptación de nuevas tecnologías y alternativas para que los fruticultores puedan seguir produciendo cerezas de calidad exportable. Las precipitaciones ocurridas en la región de O’Higgins durante el mes de octubre; que oscilaron entre los 30 y 60 mm; provocaron que en algunos sectores se vieran dañadas las variedades más susceptibles.
El principal problema fue para las variedades tempraneras Brooks, Royal Dawn y Santina y que en esta fecha estaban prontamente a ser cosechadas. “Mientras más avanzado es el desarrollo de la fruta- cuando la cereza comienza a tornarse de color rojizo y se está llenando de azúcares rápidamente- una lluvia inesperada y abundante puede resultar muy perjudicial porque se termina partiendo, debido a un excesivo incremento en volumen”, señala Marlene Ayala, especialista en fisiología y producción de cerezos y docente del Departamento de Fruticultura y Enología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Marlene, quien lleva más de diez años trabajando con productores de cerezos en la región de O’Higgins, explica que las cerezas partidas no se pueden exportar ni comercializar internamente. “Se deben eliminar del árbol ya que las cerezas partidas son altamente susceptibles a enfermedades fungosas como la Botrytis”, explica la investigadora.
Según la especialista, las últimas lluvias causaron pérdidas de entre un 35 a 45% en variedades tempraneras, pero que hubo productores que lograron proteger sus huertos utilizando coberturas o techos para cerezos. Sin embargo, en sectores que superaron los 40 mm algunas variedades se partieron aún con techos debido a la absorción de agua por las raíces.
“Desde el 2012 que estamos estudiando el uso de techos en cerezos con el fin de proteger la frutas que está por cosecharse. Ahora estamos evaluando la efectividad de los techos desde el periodo de brotación hasta la cosecha, con el objetivo que no sólo proteja de la lluvia, sino también de otros estreses ambientales tales como heladas y granizo, salvaguardando así la producción en zonas con otras inclemencias climáticas además de la lluvia primaveral”, indica la académica.
Mauricio Opazo, administrador de la Agrícola San Luis de Yaquil, empresa que utiliza estos cobertores, indicó que: “Nosotros tenemos sectores con y sin techo, y la zona donde no pusimos techo hubo un 80% de pérdida, en cambio en los lugares donde si los utilizamos, solo perdimos un 25%”, comenta el profesional.
Además, cuenta Mauricio, que: “los cobertores no solo protegen de lluvias inesperadas, sino que también ayudan a resguardar la flor, elevan la temperatura del huerto y permiten un mayor vuelo de abejas, lo que se traduce en un aumento del porcentaje de polinización y cuaja”, indicó.
En Chile, el techo que se usa más es el de tres alambres, una carpa que cubre parcialmente los árboles por sobre ellos, pero no cubre los laterales. Las estructuras de soporte están fabricadas de madera o concreto y utilizan alambres y conectores específicos. A esta modalidad se suman los túneles, que es otra tecnología, la cual permite cubrir parcial o totalmente el árbol. Los túneles están hechos principalmente de metal y su estructura es más sólida con rafia u otro material.
Los investigadores de la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, apoyados por el Gobierno Regional de O’Higgins y su Consejo Regional, se encuentran desarrollando desde el año 2010 distintas alternativas que permitan aumentar la eficiencia productiva huertos de cerezos de mayor densidad y árboles de menor volumen, que pueden facilitar el techado u otro tipo de cubiertas.
Es por esta razón, que bajo el marco del proyecto “Automatización en huertos peatonales de cerezos durante el proceso de recolección de fruta para apoyar las labores del cosechero”, el Dr. Mekjell Meland visitó uno de los huertos peatonales demostrativos en la región. El Dr. Meland lleva más de 20 años estudiando los cobertores para frutales, especialmente techos de tres alambres y túneles.
Según el experto noruego, en tiempos de incertidumbre climática, se debe proteger huertos de cerezos. En su país nadie planta cerezos sin pensar en la necesidad obligatoria de usar techos para prevenir partidura. Esto difiere de la situación chilena actual, ya que aún productores de cerezas se cuestionan la utilidad de las coberturas en la región, dado su costo y desconocimiento de sus ventajas y desventajas.